Según un informe de Businesswire, el mercado mundial de contenedores flexibles intermedios para productos a granel (FIBC) creció a una TCAC de alrededor del 6% durante 2014-2019.
Estos grandes sacos a granel, cúbicos y plegables, se utilizan para almacenar productos secos, granulados y semilíquidos, tanto tóxicos como no tóxicos y de flujo libre, como productos químicos, petroquímicos, farmacéuticos, caucho y productos agrícolas y alimentarios.
Los fabricantes de productos agrícolas utilizan cada vez más los FIBC para manipular granos, arroz, patatas y cereales.
Estos FIBC están diseñados para cumplir los requisitos de seguridad de la industria alimentaria. Deben fabricarse siguiendo normas estrictas en materia de fabricación y pruebas de garantía de calidad antes de que se consideren aptos para almacenar y transportar sustancias aptas para uso alimentario.
Las bolsas FIBC para alimentos se fabrican con resinas de polipropileno virgen, lo que ayuda a evitar el deterioro de los productos perecederos.
Los sacos FIBC para alimentos deben ser resistentes a la humedad, los olores y el moho. También tienen que ser resistentes a la perforación, ya que esto es vital para el transporte de material alimentario. He aquí una lista de lo que hay que buscar en un saco FIBC
Las bolsas FIBC de calidad alimentaria se fabrican con resina de polipropileno 100% virgen, que no contiene material reciclado propenso a contaminar los alimentos. La resina también hace que estas bolsas sean más duraderas en términos de almacenamiento y transporte.
Busque un certificado de calidad emitido por organismos externos de renombre. Así se garantiza la ausencia de contaminación durante la fabricación.
Si sobrecarga las bolsas, pueden dañarse durante el transporte, lo que puede provocar su deterioro, contaminación y desperdicio, así que compruebe su capacidad de almacenamiento.